Llega un mensaje a mi bandeja de correo no deseado. Lo escribe un tal Miguel Alva y el ‘subject’ es “Espero que llegue”. Estoy seguro de que no es la primera vez que veo ese nombre en esa misma carpeta: esa a donde llegan todas las promociones de mercadolibre, la iinefable Asoaciación de Argeninos en Colombia, las invitaciones de bares y uno que otro comunicado de ONG que nunca leo. Cuando ya veo que el número de mails acumulados allí es de más de dos cifras y que la capacidad del correo se agota, voy por allá, doy una mirada rápida a ver si de pronto alguien cambio de correo, piso la pestaña de seleccionar todo y borró. Como quien da un barrido largo, acumula la basura en el recogedor y la mete en la bolsa.
Pero hoy estuve más seguro que nunca de que el nombre de Miguel Alva lo había visto antes. Además estoy de malas pulgas, tengo el labio roto de tanto mordérmelo, afuera suena el trancón incesante de la 11 y chapucea desde hace dos horas. Así que un daño en la red de la oficina por algún virus raro no iba a cambiar mucho la situación de malparidez existencial que me embarga este martes sombrío.
Lo abrí y el texto era el siguiente: “HOLA HERMANO: COMO ESTAS? ESPERO QUE EL DIA DE LA MADRE LO HAYAN PASADO BIEN. RECIEN INGRESO A MI MAIL Y ME DOY CUENTA QUE ME REBOTO EL MENSAJE QUE TE ENVIE DIAS ATRAS. OJALA QUE ME PUEDAS AYUDAR SINO NO TE PREOCUPES ABRAZOS CHINO”. Mierda. Qué freak. Debajo había una serie de mails, y con un tris de pudor por la privacidad de la familia Alva, me di a la tarea de revisarlos. De pronto, yo podía ayudar a Chino, quién quita, ¿no?
El siguiente mail es una historia sobre un alegato ante un juez del cual Chino está pendiente y no le ha ido muy bien. Al parecer, el secretario del juez no ha querido adelantar alguna gestión para destrabar el proceso. Chino le dice a su hermano: “tengo todas las de ganar pero siempre hay un pero ya que el secretario de la juez me manifiesta que el problema es el monto de la demanda US$200,000. He quedado en salir a almorzar con él para ofrecerle un % de lo que me toque pero ha pasado 3 dias y no tengo quien me apoye. seria largo y complicado explicarte este tema via e-mail pero confia en mi”. Esto me suena a corrupción. Nuestro querido Chino está por pagar una mordida, pero la vaina es que el billete no le alcanza. Y ese es el motivo del mail. Le pide a su hermano “POR FAVOR UN EMPUJON MAS DE REPENTE en una semana más sale la sentencia y yo tengo que conversar con el secretario ahorita mismo, porfa lo que puedas pero AHORITA realiza un depósito
por lo demás, estoy en la Cayetano Heredia esperando fin de mes para cobrar y empezar a nivelarme. Espero que pases un feliz dia”. La Cayetano Heredia es una universidad peruana, según mi búsqueda en Google.
Recuerdo que hace unos años, cuando trabajaba en un periódico, un compañero develó la historia de un extraño cruce de mails entre un supuesto dueño de un yacimiento petrolero en Nigeria, que ofrecía una participación en el negocio a cambio de unos cuantos dólares. Pero el pedido era más concreto y directo, no como un mail por ahí paseando tan aleatoriamente. Aunque quién quita. No faltará el incauto que caiga.
El caso es que independientemente de la loca historia esbozada, me pregunto cuantos correos electrónicos navegarán por ahí sin dueño ni destinatario, como mensajes en la botella tirados al mar.
Así como Chino -si no se ha podido comunicar con su hermano- perdió esos US$ 200.000 se pueden haber perdido en esa enmarañada red miles de invitaciones a cine, condolencias extemporáneas, excusas para revertir un enojo o secretos de todo tipo. Muchos se habrán quedado esperando una respuesta y probablemente hayan acusado a su destinatario de maleducado o arrogante. Cuántos habrán perdido la esperanza de cualquier cosa tras dos o tres semanas de fallida insistencia.
Muchos no habrán tratado de corregir el dato o no tendrán más que ese a la mano en una circunstancia y durante un tiempo clave. Y a lo mejor les falta un poquito de malicia. Puede que a Chino lo cojan por corrupto o el miserable se salga con la suya. A lo mejor tuvo un ataque de lucidez y llamó a su hermana a un teléfono y esa platica no se perdió. Pero al final de todo, puede que esta no sea sino otra rarísima forma de spam a la que yo le estoy dando mucha trascendencia en este rato de desparche mientras escampa y me voy a clase. No ha escampado, ya acabe de escribir, así que me voy.