20060731

Quejandome ante el Mono de la Pila

Hoy los ladrones se metieron a mi apartamento. Rompieron la cerradura, me robaron el televisor, el dvd, un balón de fútbol, el equipo de sonido y las sábanas de mi cama. Pero si estoy aquí escribiendo de esto es porque creo que salvo maldecir, no tengo nada más qué hacer.
Llame a la Policía y aparte de ir a verme la cara de idiota y preguntarme que me robaron no hicieron absolutamente nada más. Se fueron a seguir dando vueltas en moto porque o sino ¿Qué putas hace la Policía en este país? No previenen el crimen y tampoco están en capacidad de investigar uno, así que no se a dónde van los miles de millones que nos cuesta a todos los ciudadanos mantener a esa partida de mediocres sin vergüenzas.
Claro y cuando no están paseando en moto están haciéndole una vuelta a algún mafioso o metiendo presos a esos criminales horrendos que cometen el execrable delito de fumarse un porro por la calle. Porque ni a los políticos corruptos, ni a los violadores de niños, ni a los asesinos de las motosierras, ni a los jaladores de carros, ni a los atracadores que pululan en cada esquina los meten presos. Esta policía nuestra no pesca un resfriado. Me pregunto quiénes serán entonces los que mantienen a las cárceles en estado de permanente hacinamiento.
El asunto es que si usted no sabe quién fue y dónde está el que le robó el apartamento (o el que le violó a su esposa, le mató a su hijo o le secuestro a su padre) el crimen con toda seguridad quedará impune. Pero yo soy terco. Entonces fui a la estación de Policía de Chapinero –tienen a la entrada un par de perros muy pintorescos, por cierto. Supongo que es para cuidar a los agentes. ¡Es qué con esta inseguridad!- a poner el denuncio.
Muy amable y todo el funcionario que nos atendió. Estaba de civil, vestido como de domingo, somnoliento, escuchando salsa vieja en el computador. Tan querido él que cuando nos sentamos a rendir declaración nos preguntó que música queríamos oír. Le dije que si tenía algo de The Police, y sí. Sonó Message in a Bottle. Lo que no tenía era “sistema” para ingresar el denuncio y como no tenía línea no nos lo pudo recibir.
Nos expresó, cómodamente sentado, su preocupación: “están como alborotados esos manes. Ayer recibí una denuncia del edificio de al frente”. Así, con esas palabras, como quien no tiene velas en ese entierro, como quien se queja porque llueve o porque todo está carísimo.
No nos preguntó, claro, si había pruebas, quizás algo dejado por los ladrones, una señal, una huella, cómo era el edificio o con qué sistema de seguridad contábamos. No. Nada de eso. Nada que pudiese establecer un patrón, inculpar a alguien o detectar una pista que los llevará a desmantelar la red de apartamenteros que tiene asolado a Chapinero. Ese parecía no ser su trabajo. Su tarea consistía nada más en introducir un montón de datos inútiles en un computador que no sirve, pero en el cual almacena muy buena música, según el mismo nos confesó.
Y entonces, al final, cuando bajábamos por Chapinero Alto en medio de la penumbra y soledad de un domingo a las 10 de la noche, me di cuenta que ese robó tenía mucho más significado que el de un dato para las estadísticas del alcalde. Que es el reflejo de este país de mierda en el que me tocó vivir. Donde si uno no es traqueto, paraco o político corrupto no tiene ninguna posibilidad de hacerse respetar. De hacer valer sus derechos, de recibir algo a cambio de los impuestos que paga. Que mientras la Policía no haga más sino gastar gasolina paseando por la ciudad o tramitando papeleo en un computador inservible voy a tener que aprender a vivir con miedo. Con el miedo de que un día esté en mi apartamento un domingo a las 4 de la tarde, un par de ladrones rompan la cerradura, entren a mi cuarto y para ahorrarse las incomodidades de un testigo, me peguen un tiro en la cabeza y mis sesos queden esparcidos por toda la habitación. Los Policías ese día tampoco podrán hacer nada porque como dijo hoy uno de ellos “las huellas deben quedar en una superficie de vidrio limpia”.

La Nota Tónica
Karma Police- Radiohead

20060726

Marca Indeleble

1986: Antes de las siete de la mañana bajábamos raudos en el Jeep Toyota color habano del profesor Bahamón por la cuesta que comunica a la autopista a Girardot con el casco urbano de un pueblo enclavado en el Sumapaz llamado Granada, donde trabajaba mi mamá. El viento frío que pone los cachetes rojos a los lugareños se sentía como dinámica en el rostro asomado por la ventana.
1992: Los martes era la clase de educación física. Nos repartíamos todo el curso como en 4 equipos y durábamos el resto de la jornada jugando fútbol: muerte súbita a un gol y entraba el siguiente equipo. Era bacano quedar en el equipo de Daza o de Santos, que eran unos monstruos.
1997: Me encantaban los viernes en la tarde cuando terminábamos las clases de democracia y derechos humanos y nos sentábamos todos en el patio del colegio, mamados de una semana de clases, profesores, tareas y papás a tomar colombiana con croasant. Luego dábamos una vuelta dejando a las niñas en casa y nos íbamos sin un peso pero contentos cada uno para su haus, como dijo Miki Maus.
2000: El miércoles, a eso de las cuatro de la tarde, justo el día que no tenía que trabajar, caminábamos con Julio hasta el apartamento que compartía con Giovanna y armábamos parche a punta de porro y cervecita hasta el fin del día. Por La Pesebrera pasaba un resto de gente, que a veces me encuentro en la calle y no logró ubicar. Cuando la ubicó el punto de referencia es ese apartamento en el 10 piso del edificio que queda en la esquina de la 64 con 11.
2006: Uno a uno íbamos llegando al apartamento de Toy. La pared rosada de fondo. Cada uno con un six pack de Brava y un moñito. Noches de música, las intensas conversaciones, luego salir a conducir un tanto ebrio por la carrera 30 e ir dejarlos a cada uno en su casa. Besos, muchos besos antes de la despedida. Llegar a media noche a releer el periódico y hacer un sanduche con café en leche. Tapar a Miranda con su vieja cobija de colores.

Hay momentos secuenciales, monotonias, cuyo significado es tal que fijan una fotografía cerebral impertérrita. Y cuando alguien trae a cuento su propio álbum de imágenes, hay un clic que te conecta con las propias. Entonces, hay un breve instante de felicidad. Eso, solo eso: breve, pero feliz.

Nota Tónica
Photograph- Def Leppard

20060720

Complicidad

El muy cretino estuvo de concierto en Colombia. Fue anoche en el estadio El Campín. En la tele salen cientos de fanáticas coreando sus letras llenas de rimas obvias tan acordes con esa pose de intelectual irreverente que tanto le gusta y tantos le creen.
Pero que Ricardo Arjona y su música no me gusten es lo de menos. A su lado hay cientos de músicos populares que no soporto y no les dedicó siquiera un párrafo. Así que si estoy hablando de Ricardo Arjona aquí no es solo porque me remuerda la conciencia haber sido alguna vez uno de sus adolescentes seguidores. Yo también creía que si el Norte fuera el Sur todo sería más pintoresco. Es más, alguna vez me valí de alguna de sus frasesitas efectistas para salir bien librado de una conversación. Como el acné, el gusto por Ricardo Arjona es un defecto que se cura con la edad.
Lo que me indigna del guatemalteco es que maltrato por años a su esposa. Así como hay gente a la que le hierve la sangre porque violan a un niño, a mi se me salta la piedra cuando sé de un hombre que le pegó a una mujer. Y cada vez que veo la cara del fantoche de Arjona en la televisión me acuerdo de lo que le hizo a Leslie, su esposa, y por lo cual estuvo algunos meses preso. Me indigna que pese al público conocimiento de esos actos hayan mujeres que lo adoren: “tan divino”, dicen. “Como canta de lindo”, aseguran. “Poeta”, le gritan. Los medios lo ensalzan y la gente compra sus discos y va a sus conciertos.
¿A todos se les olvida? Es un criminal. Es un animal. Vestido de poeta de bus, pero animal al fin y al cabo. Un completo salvaje como el galansito argentino, Marcelo Do Santos, que le hizo lo mismo a su compañera hace unos meses. Un hombre que le pega a una mujer merece el repudio generalizado, ser tratado como la bestia que es y no que los adolescentes –y los que ahí se quedaron- lo coreen en un estadio a reventar por toda Latinoamérica o le monten un programa de yoga en un canal de televisión.
El ejemplo de este par de animales –y el de otros, como Oswaldo Rios- es de lejos más grave que, digamos, la toxicomanía de Kate Moss. Más en América Latina donde muchas mujeres –en especial las más pobres- son sometidas a palizas y a tratos de esclavas por parte de los miserables de sus maridos.
Pero no. El premio que recibe este ‘cantautor’ es un estadio repleto de viejas coreando esos gastadísimos versos de “Mujeres, lo que nos pidan podemos… ”. Si me correspondiera, yo te pediría, Arjona de mierda, que por lo menos no le pegues a la tuya. Y que te vayas con tus versos lejos, dónde el Norte sea el Sur. Porque “Si el Norte fuera el Sur, seria la misma porqueria. Yo cantaria un rap y esta cancion no existiria” y estarías preso y no en una tarima cantándole a las que disfrutas golpear.

Nota Tónica
Malo-Bebe/

20060717

Los globitos de Álvaro

Independientemente del presidente de turno –por más largo que sea su turno–, hay que admitir que proponer a Colombia como sede del Mundial es una idea interesante… o un globo al aire a fin de desviar la atención.
Digamos que es una idea interesante en el sentido de que es todo un reto. Sería una buena oportunidad de demostrar que somos capaces de algo grande y los beneficios económicos son atractivos. Reconstruir estadios, fortalecer la industria hotelera, mejorar la infraestructura vial sin duda es una inversión más plausible que las escuelitas y hospitales que propuso a cambio el populista mequetrefe de Belisario Betancurt cuando declinó la organización de la Copa del Mundo del 86.
Tendríamos 8 años para hacer todo eso con la motivación de ser los anfitriones del espectáculo global más importante del mundo. Ya que no se ve ningún plan para mejorar los puertos y los aeropuertos ante la amenaza del TLC, pues buena idea que sea el mundial el motivo para que el siglo XXI no nos coja otra vez con los pantalones abajo.
Es más: creo que Uribe es el tipo de líder capaz de poner de acuerdo a los empresarios para que sean ellos y no los pobres los que paguen los costos. Y Pachito Santos es el lagarto adecuado para convencer a la mafia de la FIFA. Sino, pues tenemos al siquiatra Luis Carlos Restrepo, quien como comisionado de paz nos demostró lo capaz que es para negociar con mafiosos y dejarlos contentos.
Ahora. Uno que se sabe la historia que ha rodeado la organización de esos jueguitos de quinta que son Los Centroamericanos y del Caribe; uno que supo lo que tocó hacer para que pudiéramos organizar la Copa América; y los antecedentes nefastos del 86, los juegos suramericanos del 2002… pues le quedan sus fundadas dudas.
Recuerdo que hace unos meses también el oficioso diario El Tiempo dio primera página a la propuesta de Uribe de organizar Miss Universo y le puso la tarea al acucioso lambón profesional que tiene por Vicepresidente. Que yo sepa, poco o nada se ha avanzado en la materia.
Pero así como tiene sus pros que Uribe haga la propuesta y se ponga mientras sea presidente al frente de ella, también tiene sus contras. Y de allí mi convencimiento de que otra vez el Enano Diabólico está cañando. Un presidente es cuando menos irresponsable cuando pasa por encima de un acuerdo previo firmado por los mafiosos de la Conmebol para apoyar la nominación de Brasil. Colombia tendría que darle la espalda a ese acuerdo o modificarlo para abrirle la puerta a su aspiración.
Algo francamente imposible con esas lumbreras que tenemos por dirigentes de fútbol, todos una partida de ratas ineptas. No fueron capaces de logar siquiera que Óscar Julián Ruiz pitará otro partido en el Mundial, mucho menos que nos den la sede de un Mundial dejando al gigante Brasil con los crespos hechos.
Así que por ahora hay que conformarse con lo que tenemos: el ‘fulbito’ mediocre y decadente de cada ocho días. Ahhhhh, y los globitos al aire del Enano para mojar prensa.

La Nota Tónica
Dark Globe- Placebo/

20060712

Hubo un tiempo que fue hermoso...

Se acabaron las vacaciones. Vuelta a la rutina: el despertador, el desayuno a las carreras, los buses de ida y de vuelta, los corrientazos, la oficina, los teléfonos que repican, el computador, la agenda, las reuniones, las presentaciones, las entregas… esta vida que nos ha tocado, para bien y para mal.
Añoró las levantadas a la hora que comenzaba el primer partido del Mundial, la sacada de los perros cuando el parque está lleno de niños en recreo, el porro antes de almuerzo, el partido de la tarde, las jugadas de play station, la lectura mientras la Séptima está de contraflujo y veía a cientos o a miles cansados devolverse a casa en esos buses atestados y trancados en medio del tráfico del demonio de esta ciudad.
La mayoría de esos pequeños placeres quedará relegada al breve espacio del fin de semana. Ahora el porro será a la noche cuando llegue a casa en uno de esos mismos buses desvencijados y sucios que antes miraba con una sorna desde mi ventanal.
Cada día terminaré ebrio, pero de rutina.
La inevitable rutina, la rutina indispensable para ganarse la vida ya está aquí. De vuelta, para quedarse.Y nada: no queda sino hacer buena cara… mientras pueda. Al menos estoy estrenando cargo y sueldo.

"Slowly learning that life is O.K."

La Nota Tónica
Perfect-The Smashing Pumpkins