20060926

Miranda posando en el patio

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20060922

And the winner is...

Me asalta la duda: ¿Será la Policia? ¿las presentadoras de farándula? ¿el creador de Padres e Hijos? ¿los DJ's de La Mega? ¿Los padres de la patria? ¿los buseteros? ¿Don Jediondo? ¿el jefe de sistemas de la empresa en la que trabajo? ¿la operadora de los taxis los viernes a las 6 de la tarde? ¿El servicio técnico de la EtB? ¿Conavi?...
Con lo que me pasado en las últimas horas quiero agregar dos nominados a la categoría de "Hijosdeputa que me hacen la vida más difícil" a una perra de la oficina de contabilidad y los empleados de Avianca en el aeropuerto de Palonegro de Bucaramanga.
La historia es así: a alguien muy inteligente en este edificio le dió un día porque solamente se pueden pedir anticipos de gastos los martes y los jueves antes de mediodía. Se supone que así el departamento de Contabilidad se iba a organizar. Claro, ellos no entienden que en el trabajo que se hace en esta empresa, uno no puede controlar sus gastos con esa precisión paquidermica con la que ellos lo hacen todo. ¡La vida, señores, no es una hoja de excel!
Pero igual, son las reglas. Ellos son, en últimas, los de la plata, así no sea de ellos.
Desde hace una semana tenía programado un viaje a Bucaramanga. El cliente pagaba todo: hospedaje, pasajes, alimentación.... Todo, menos, mi taxi hasta el aeropuerto Eldorado y el taxi desde el aeropuerto hasta Bucaramanga. Así que pedí un anticipo por 40 mil miserables pesos. Usualmente no lo pido, porque como los conozco prefiero pagar de mi bolsillo y que después -muchos días después- me reembolsen mi platica. Pero como es fin de mes, esta vez sí necesitaba la plata: 40 mil pinches pesos.
Cuando llegue al Palonegro fui al único cajero que hay, que obviamente no podía ser de Conavi, y no había plata. "Bueno, no importa", aqui tengo 20 k para llegar a Bucaramanga. El resto del viaje la pase al gratin. Sin derecho a comprarme una menta.
Y aquí comienza mi feliz experiencia con Avianca. A las 10 de la mañana pedimos que por favor nos adelantarán el vuelo de las 7:20 a las 4:30. Varias llamadas a lo largo del día hasta que al fin nos dijeron que sí. Estabamos en San Gil, a casi 2 horas y media de B/Manga. Llegamos sobre la hora del vuelo, digamos 15 minutos antes, y nos dijeron que no, que ellos no habían confirmado cupo, sino que nos metían en la lista de espera y que el avión ya se había cerrado. El siguiente vuelo, el de las 7:20 solo tenía un cupo -eramos dos personas- a cambio de 21 mil pesos. Ok. Yo me iba en ese. La otra persona tuvo que irse en Aerorepública, a las 6:30. Siendo las 7:20 de la noche, nada que nos llamaban a abordar. 20 minutos más tarde al fin, pero cuando la gente ya estaba toda formadita, nos pidieron volver a nuestras sillas: el avión ya llego pero no podemos ir a Bogotá porque hay mucho tráfico aéreo. ¿Y entonces?: nada," salimos en una hora". Osea a las 8:40 de la noche. Para ese momento yo ya completaba 4 horas en el 'hermoso' aeropuerto de Bucaramanga.
El vuelo salió muy a las 9:35 de la noche. 5 horas y 15 en espera. Y cuando llego al puente aéreo a mirar el saldo de mi cuenta para pagar el taxi hasta a mi casa: !oh sorpresa! no hay dinero. No consignaron. Nunca consignaron. La estúpida de contabilidad no pudo hacer un trámite tan sencillo como consignar un dinero en una cuenta. No hablo de millones, no: 40 mil pesos.
Así que a las 10:30 de la noche, solo y sin un peso ni en el bolisllo ni en la cuenta, me tocó llamar a mi papá a ver si me pagaba el taxi... o dormir en el puente aéreo.
Son las 11:02 minutos de la mañana, acabo de revisar mi cuenta, y todavía no han consignado. A la idiota esa le escribi esta mañana pidiéndole con cuántas semanas, meses, años o lustros toca pedir un anticipo para la próxima. Tampoco ha podido contestar.
Así que, al menos hoy, ni la inútil y corrupta policía, ni las babosas presentadoras de farándula, ni el infame creador de Padres e Hijos, ni los repetitivos y 'chistosos' DJ's de La Mega, ni los ladrones del senado, ni las bestias que van al volante de buses y busetas. ni el 'simpático' Don Jediondo, ni el dictador jefe de sistemas, ni la desconcertada operadora de los taxis, ni los incapaces del servicio técnico de la EtB o los choros de Conavi, pueden superar a la Perra de Contabilidad en la lucha por el premio al Hijodeputa que me hace la vida más difícil...
Por favor, un merecídisimo aplauso.

Nota tónica
Hungry Like The Wolf-Duran Duran

20060912

Cualquier parecido con la realidad...

El fiscal adjunto Félix Chacaltana Saldívar es un personaje lúgubre, preso de sus recuerdos y la frustración. Comisionado a la ciudad de Ayacucho, pleno corazón de la cultura indígena peruana, asiste desconcertado a una serie de asesinatos brutales que lo horrorizan y le remueven su pasado.
La historia de Abril Rojo transcurre en los estertores del segundo gobierno de Alberto Fujimori y en plena Semana Santa.
Se supone, todos suponen, que Sendero Luminoso, el sangriento grupo maoísta que lideraba Abimael Guzmán, “Presidente Gonzalo”, ha sido finalmente reducido y que el país está libre de la infesta terrorista.
No obstante, no todo es calma en esa devota ciudad peruana. Y el Fiscal distrital adjunto, Félix Chacaltana Saldívar, parece ser el único que se da cuenta. Ayacucho está aún bajo un período especial de gobierno militar que ha permitido esconder bajo la alfombra las violaciones a los derechos humanos en los que incurrieron las Fuerzas Armadas del Perú en medio de la lucha contra Sendero.
Un ambiente enrarecido también por los rituales indígenas que se hacen al margen de la celebración católica es la esencia del thiller policiaco con el cual el escritor Santiago Rocangliolo se ganó el premio Alfaguara de Novela este año.
La atmósfera que construye, confiesa Roncagliolo en el epílogo del libro, está basada en la realidad. Las celebraciones sincréticas, la obsesión terrorista de Sendero Luminoso, la brutalidad de los militares, la ineficiencia del sistema judicial y de todos “los canales interinstitucionales” revelan en el fondo la precariedad de nuestros países, la fragilidad de nuestras ilusiones, y cómo una guerra prolongada socava la confianza de la gente.
La narración, detallada, precisa, se intercala con el lenguaje habitual de los peritajes que escribe inútil pero permanentemente el fiscal distrital adjunto, Félix Chacaltana Saldívar.
Es tanta la locura debajo de esa sombra de ocultamiento que el propio fiscal termina preso de ella: como cómplice, como victimario, como victima; redondeando ese círculo vicioso de violencia al que parecen estar condenados todos los que se involucraron en algún momento en La Guerra.
Abril Rojo tiene el defecto de que su desenlace se anticipa como 30 páginas antes del punto final, por lo cual el autor tiene que recurrir a todos los recursos posibles para desenredar los ovillos que dejo tirados en el camino. Pero es un detalle menor.
Da un tanto de pavor las muchas coincidencias de lo que paso en el Perú hace un lustro con lo que ocurre en estas tierras en la actualidad. Pero es ficción. En el fondo, uno guarda la convicción de que todo no es más que un ejercicio literario. No pasará lo mismo cuándo se escriban aquí las novelas del período Uribe. ¿Cierto?

La Nota Tónica
Judgment Night (feat. Tool)-Rage Against The Machine

20060907

Recomendación

Hace rato no me enganchaba con una serie de televisión tan rápido. Creo que desde la primera temporada de Cold Case. Ayer, mientras llegaba Angélica al apartamento, me puse a canaliar y me encontré con Love Monkeys. Es acerca del competitivo mundo de la música en Nueva York. El personaje central es un promotor musical y sus amigos. La serie se basa en una premisa que comparto totalmente. “Every life has its own soundtrack”. Claro, la música es cuestión de gustos, pero la selección de la música en esta serie es exquisita. Algo intemedio entre Garage e Indie, especialmente grupitos nuevos que ya empiezan a descollar como She Wants Revenge. Me gustaron mucho los libretos: dialogos fluidos con unas frases contundentes y observaciones cotidianas muy ingeniosas, pero sin mucha prefabricación.
Como curiosidad, la serie marca el regreso de Jason Presley, el ya clásico noventero que interpretó a Brandon en Bervely Hills 90210. Esta vez interpreta el papel de un médico que combate a diario la monotonía de su matrimonio.
Así mismo hay una pareja gay que analiza la complejidad y al mismo tiempo la sencillez de este tipo de relaciones amorosas, el prejuicio, el miedo al rechazo y la dificultad del compromiso.
Este análisis es apenas del capítulo de ayer. La pasan en Sony, a las 8 de la noche. Se las recomiendo.

20060905

Pendejadas

Ok. Muy buen trabajo: confirmaron que los restos hallados en una finca de su familia pertenecen a Carlos Castaño. ¿Y qué? Digo: ¿A quién le importa si está muerto o no? Desde su desaparición se suponía que no hacia parte de las AUC o que se había entregado a los EU o que estaba refugiado en Israel. El hecho era que Carlos Castaño era un prófugo de la justicia y ya. Como cientos de miles de prófugos de la justicia: los que se robaron mi apartamento hace un mes, el violador de una niña de 13 años que ahora pide abortar o Vicente, el Castaño que asesino a Carlos.
No se cuánto valga la exploración y el examen forense para determinar que esos restos eran los de Castaño. Digamos que cien millones. ¿No hubiese sido más útil invertir esos 100 millones en capturar a Vicente? ¿O a los que se robaron mi apartamento o al que violó a la niña que desea abortar? O en una escuelita o en una biblioteca o en cámaras de seguridad en las esquinas más peligrosas de cualquier ciudad del país.
Me resulta incomprensible tanto esfuerzo y alharaca para saber algo que a nadie debería importarle. Si Carlos Castaño estaba vivo o muerto sería un problema de sus deudos que tienen todo el derecho a saberlo, pero dado que él que lo mató fue su hermano y está enterrado en una de sus fincas pues el tema se reduce a una consideración familiar ¿No? ¿Por qué no buscan más bien a las víctimas de Castaño? ¿Por qué en Colombia importa más la suerte del asesino, del violador, del atracador, del político corrupto y no la de sus víctimas? ¿Por qué no usar ese dinero, ese conocimiento y ese tiempo, para saber dónde están los 20.000 desaparecidos que hay en el país? Colombia ha sido condenada por cortes internacionales más de seis veces precisamente por no esclarecer crímenes como esos cometidos por Castaño y sus secuaces. Cada sentencia le cuesta a ud. y a mí casi 4 millones de dólares. ¿No estarían mejor invertidos en escuelas, hospitales, parques, bibliotecas…?
En el fondo este hecho es una demostración de algo típicamente colombiano: las discusiones y las acciones inútiles. Buscar a Castaño, cuya suerte debería tenernos sin cuidado, o proponer en el concejo de Bogotá un acuerdo para que la gente no diga groserías en público. Lo dice un concejal que cobra millones por proponer esa soberana estupidez, por bajarse los calzones en público y por plagiar del Rincóndelvago.com una ponencia. Ayer le increpaban en La Luciérnaga por perder el tiempo y hacernos perder el tiempo en eso en vez de resolver el tema de los buses contaminantes, por ejemplo. O más aún: que no haga nada. Que simplemente cobre y me ahorre a mí la furia de escucharlo en la radio explicar porqué es malo para la convivencia ciudadana decir hijueputa en un estadio.
Mientras tanto violan niños, matan un diseñador que había denunciado amenazas contra su vida, se roban mi apartamento y el Fiscal sale muy orondo con cara de misión cumplida. Ah bueno, chévere, un Castaño menos ¿y qué?

Notá Tónica
Why Don't You Get a Job?-Offspring

20060901

Esos saludos y esos aplausos

Es como una especie de impuesto moral. No puedo dejar de sentirme como un insensible de mierda, pero que le hago: me fastidian profundamente las formas que uno tiene que adoptar porque alguien resolvió subirse a trabajar a un bus “y no robar en cualquier esquina”. Entonces a cambio de esa amable concesión, usted tiene la obligación de saludar hasta a los mimos que hablan, aplaudir cada vez que cantan una canción de las que uno está exhausto de oír en la radio, o sacar los últimos 200 que le quedan porque “una moneda no enriquece ni empobrece a nadie”. Y uno entiende que la injusticia social y la marginación y la indigencia son una lacra y que por conseguir la comida del día y la dormida de la noche la gente tiene derecho a hacer lo que sea. Entiende uno que incluso eso es preferible a que se metan de atracadores. Pero también es un chantaje ante el cual cada vez hay menos posibilidades de negarse. Es como uno de esos costos extra que uno paga por vivir aquí.

Nota Tónica
Say Hello To The Angels-Interpol